Hace casi 69 años, mi madre dió a luz, seguramente en su casa del Cerro Toro, su último hijo, o sea yo, pero debido a que mi padre era un uniformado, debimos cambiarnos constantemente, Quebrada Herrera, (San Felipe), vuelta a nuestro hogar en Cerro Toro, más adelante en Alto del Puerto y finalmente en Placilla, donde por arte de magia, construímos una casa de adobe, tipo antiguo, 120 Mts.2, donde todo era diferente, gran patio, grandes piezas, donde más adelante se ocuparían esas dependencias en los "Malones" del fin de semana, con visto bueno de mi madre, donde concurrían más de 50 amigos, llevando cada uno de ellos algo para beber o para comer, fiestas que empezaban a las 21.00 Hrs. y terminaban a las 04.00 Hrs. con solo algunos rezagados que se dedicaban a conversar y a pelar a los que se habían ido junto a alguna niña. Días felices, sin preocupaciones, todos amigos, no habían drogas ni mucho alcohol, cada uno llevaba la música de su agrado en discos 45´ o Long.play, a pesar que teníamos una amiga en común que tenía una máquina grabadora con cinta, (Importada), donde tenía grabada muchas canciones de la época, ella era la primera invitada, recalcándo que tenía que llevar la "maquinita". En esos Malones se unieron muchas parejas que hoy llevan muchos años casados y seguramente ya no se acuerdan ni siquiera como se conocieron, pero a lo mejor, no se quieren ni acordar, (Ja ja).
Decía un profesor de memoria vigente, que tuve hace poco, que entre más escriba de las cosas antiguas más recordará y creo que tiene mucha razón, porque día a día uno va recordando cosas que parecían olvidadas.
Mi pueblo para recordar es Placilla, pues ahí, es donde donde viví la gran parte de mi vida, donde estudié, disfruté de mi juventud y pude salir adelante con mis proyectos y donde actualmente puedo ir a enseñar a los más chicos un poco de fútbol que aprendí de otros más avezados, se que es difícil viajar semana a semana a mi antigua localidad, pero con la alegría que me reciben esos niños, vale la pena el esfuerzo.....