lunes, 30 de enero de 2012

LA HUMILDAD

Jesús nos dijo en Mateo 11:29 que aprendiéramos de Él a ser humildes, pero ¿qué significa ser humilde?


La humildad es la actitud que reflejamos cuando no presumimos de nuestros logros, cuando reconocemos nuestros fracasos y debilidades y cuando actuamos sin orgullo.

Consiste en ser conscientes de nuestras limitaciones e insuficiencias y actuar en consecuencia.

Cuando somos humildes vemos las cosas como son, lo bueno como bueno, lo malo como malo. Por eso al actuar con humildad somos dignos de confianza, flexibles y adaptables, capaces de escuchar y aceptar a los demás, de dejar hacer y dejar ser.

La humildad elimina el miedo y la inseguridad; nos sensibiliza a las verdades bíblicas que dan valor y sentido a la vida. Asimismo, la humildad destruye los muros de arrogancia y de orgullo que nos distancian de las personas. La humildad actúa suavemente en las fisuras, permitiendo el acercamiento.

Al ser humildes podemos adaptarnos a todos los ambientes por negativos que éstos sean y reflejaremos esa humildad en nuestra actitud, palabras y relaciones.

Al desarrollar la humildad en nuestras vidas tenemos la posibilidad de crear un ambiente cordial y confortable. Nuestras palabras estarán llenas de esencia y las expresaremos con buenos modales; incluso podemos hacer desaparecer la ira de otra persona, pues una palabra dicha con humildad tiene el significado de mil palabras.

La humildad consiste en reconocer que no somos "las mejores del mundo", en aceptar nuestros defectos y reconocer las virtudes de los otros. Sumando nuestras virtudes, podemos corregir juntos nuestros defectos. Humildad es un proceso mediante el cual aprendemos a amarnos y aceptarnos para lograr la felicidad y la armonía interna.

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