miércoles, 4 de abril de 2012

SEMANA SANTA

La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Sin embargo, para muchos católicos se ha convertido sólo en una ocasión de descanso y diversión. Se olvidan de lo esencial: esta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.

Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al Sacramento de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua.

Estos días recordamos la Última Cena de Jesús con sus apóstoles en la que les lavó los pies dándonos un ejemplo de humildad y servicio. En la Última Cena, Jesús se quedó con nosotros en el pan y en el vino, nos dejó su cuerpo y su sangre. Es el jueves santo cuando instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio. Al terminar la última cena, Jesús se fue a orar, al Huerto de los Olivos. Ahí pasó toda la noche y después de mucho tiempo de oración, llegaron a aprehenderlo.

Actualmente se está tomando conciencia del sacrificio de Jesús, a pesar que aún hay personas, familias enteras, que se dedican a tomar estos días como unas pequeñas vacaciones, donde el licor, las comidas abundantes y la diversión, están primero que recordar que Jesús murió por culpa de todos nosotros.