lunes, 19 de diciembre de 2011

QUIERO SER TU PINO

El árbol de Navidad es algo más que un adorno, es una forma de vivir con más intensidad la espera del Señor.

Esta Navidad quiero ser tu pino Señor. Un pino sencillo de los que nacen en las sierras, pero con unas ramas verdes y frescas, alimentado por la sabia de tu vida divina.
Como un reflejo tuyo, mi forma será triangular, signo de la Santísima Trinidad y si una rama sobresale demasiado, hazme sensible para cortarla a tiempo antes de que me deforme demasiado.
Empezaré a limpiar mi tronco y mis ramas, de todo musgo o heno que tenga. Y así poco a poco quitaré todo lo que me estorba; mi egoismo, mis envidias, mis incomprensiones, mi orgullo, mi soberbia, que como "plaga" crecen sin que yo me de cuenta.
Como un recuerdo de todas las estrellas que brillaron esa noche bendita en que Tú naciste, me llenaré de foquitos de colores para reflejar a los demás la alegría de Tú venida al mundo.
Escogeré unas esferas doradas, las más brillantes para que representen todas mis ALABANZAS, por el sol que sale cada día, por las estrellas, por los atardeceres tan hermosos, y por todas las maravillas del mundo que Tú creeaste para nosotros, por ser nuestro Ser Supremo.
Continuare con muchas esferas rojas, que representan mis PETICIONES. Te pido que hagas de mi un instrumento de Tú AMOR. Te pido por mi familia, mis amigos, mi comunidad, mi parroquia. Por mi Patria para que sea un país donde Tú siempre reines. Que jamás el desaliento, entre en mi corazón. Te pido Tú Santo Espíritu y con el, la verdadera SABIDURIA QUE VIENE DE TI. Dame Señor lo que Tú sabes me conviene y yo no se pedir. Dame mucha paciencia y humildad. Dame prudencia para nunca herir a nadie y dame caridad para tener un corazón grande que sepa amar.
Pondré tambien unas esferas azules, para pedirte con ellas PERDON porque yo no siempre he sido fiel, porque no he sabido dar ni perdonar, porque viendo "la luz" he preferido "la oscuridad", porque conociendo el bien he optado por "el mal".
Por último me llenaré de esferas plateadas, muy grandes que serán para darte GRACIAS, por todo lo que he recibido de Tí. GRACIAS porque me has otorgado salud, bienestar, alegría y satisfacciones. GRACIAS también por la enfermedad, las penas y los sufrimientos, aunque me cuesta trabajo decírtelo y aceptar tu voluntad. Tú sabes lo que hiciste. GRACIAS Señor por todo aquello que me acercó íntimamente más a Tí. Es tanto lo que tengo que agradecerte.
Y en la punta, con una luz muy intensa, pondré una estrella enorme, que me ilumine siempre, esa será mi Fe. Una Fe madura e inquebrantable, siempre en aumento, que se alimentará de tu Sagrada Eucaristía y de tu palabra. Por eso esa luz brillará para todo aquel que se acerque a mí, porque Tú brillas en mí.
Yo quiero ser esta y todas las próximas Navidades, tu pino Señor. Lléname de alegría para participar a todos mis hermanos el gozo de poseerte Señor.
¡FELIZ NAVIDAD CON JESUS, MARIA Y JOSE!

ES NAVIDAD

Es Navidad cada vez que reconoces con humildad tus límites y tu debilidad.
Si tienes orgullosa soberbia, sepúltala! La Navidad es Humildad.
Si tienes deudas, págalas! La Navidad es Justicia.
Si tienes tristeza, alégrate! La Navidad es Gozo.
Si tienes resentimientos, Olvídalos! La Navidad es Perdón.
Es Navidad cada vez que permites al Señor renacer para darlo a los demás.

Es Navidad cada vez que estás en silencio para escuchar al otro.
Es Navidad cada vez que esperas con aquellos que desesperan en la pobreza física y espiritual.
Si tienes tinieblas, ¡Enciende tu farol! La Navidad es Luz.
Si tienes enemigos, reconcíliate! La Navidad es Paz.
Es Navidad cada vez que no aceptas aquellos principios que destierran a los oprimidos al margen de la sociedad.
Si tienes pobres a tu lado, ayúdalos! La Navidad es Dar.
Es Navidad cada vez que sonríes a un hermano y le tiendes la mano.
Si tienes maldad y pecado, Arrepiéntete y cambia! La Navidad es Conversión y Gracia.
Si tienes amigos, búscalos! La Navidad es Encuentro.

QUE TENGAN UNA LINDA NAVIDAD

domingo, 11 de diciembre de 2011

PADRE AGRESOR

Un padre agresor es aquel que refleja sus temores y debilidades por medio de la ira y de la agresión física y verbal. La agresión es un escudo que se pone en frente de los demás, para demostrar que no soy débil, y que aparentemente tengo autoridad. Autoridad nunca será sinónimo de gritos y golpes. La Autoridad siempre va de la mano del amor y de la integridad en la persona. Integridad es ser uno solo, una sola pieza; en otras palabras un SI es un SI y un NO es un NO.

La agresión es producto de la misma agresión y esta genera consecuencias muy graves en nuestras vidas y en las vidas de las personas que nos rodean. Dios en su Palabra establece lo siguiente: “No devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.” 1 de Pedro 3:9. Por esta razón, el Señor no está de acuerdo con la paternidad agresora. Él no la creó.

Tal vez mientras lees esta Palabra, recuerdas algún momento en tu vida donde papá entró a la casa y agredió a todos los que estaban ahí, incluyendo a tu madre; pero es bueno que sepas que lo que viste no es correcto. Y aunque no lo hagas a propósito, compares a Dios con tu papá. Dios no actúa de la misma manera. Dios no te agrede si fallas o pecas. Dios no saca su vara para darte por tu espalda, si no haces lo que Él te manda a hacer. Aunque la Biblia dice que Él corrige a los que Ama y los disciplina, no los agrede porque la agresión es productos de la ira, mientras que la corrección es producto del Amor.

No compares a un padre agresor con Dios, porque son dos cosas muy diferentes. Un padre agresor es producto de años de agresión, mientras que Dios realmente se interesa por tu formación…

Dios les continúe bendiciendo